Benjamín Clauso:
Argentino.18 años cumplidos el día anterior. Padres de clase alta que están un poco molestos con el estilo de vida que el eligió ya que no es el chico calificado como ‘normal’, no es muy consentido y para lograr lo que quiere se lo tiene que conseguir por sus propios medios, ya que sus padres no lo apoyan en sus decisiones. Ropa de marca pero poco común, la suele encargar en Estados Unidos ya que en Argentina no lo venden, al igual que sus zapatillas y sus skates. Amistoso, simpático, gracioso, con muchos amigos y novia, pero todos ‘raros’ como él.
Argentino.18 años cumplidos el día anterior. Padres de clase alta que están un poco molestos con el estilo de vida que el eligió ya que no es el chico calificado como ‘normal’, no es muy consentido y para lograr lo que quiere se lo tiene que conseguir por sus propios medios, ya que sus padres no lo apoyan en sus decisiones. Ropa de marca pero poco común, la suele encargar en Estados Unidos ya que en Argentina no lo venden, al igual que sus zapatillas y sus skates. Amistoso, simpático, gracioso, con muchos amigos y novia, pero todos ‘raros’ como él.
Kate Von D:
Descendencia argentina, pero nació en USA, igualmente ahora reside en Argentina. 24 años. Padres de clase alta, ahora ella también lo es. Dejó el colegio y se dedicó a ser tatuadora, siempre le gustó dibujar y el arte en el cuerpo y los tatuajes son la combinación perfecta para ella. Muy simpática y reconocida en su circulo de vida. Profesional. Dedicada, exitosa: tiene su propia tienda de tatuajes y perforaciones, una en Los Ángeles, Estados unidos y otra en Barrio Norte, Argentina. Tiene muchos tatuajes, piercings, el pelo teñido y un estilo propio, la gente le dice ‘loca, rara’, pero nunca le importó.
Conflicto:
Benjamín fue a la tienda de Kate a hacerse su primer tatuaje, ya que sus padres no lo dejaban hacérselo y tuvo que esperar a ser mayor para lograrlo. Estaba feliz porque había esperado mucho tiempo y por fin se lo podría hacer. Fue con su novia Sofía y su mejor amigo Iván. Quería tatuarse dos golondrinas en la cintura, que representan la libertad, que tanto ansiaba. Tuvo que esperar un largo rato ya que la tienda siempre está llena de clientes porque es muy reconocida y respetada, muchos piensan que es el mejor lugar al que se puede recurrir para hacerse piercings y tatuajes.
Al fin llego el turno de Benjamín, pero quien estaba libre era otra tatuadora que trabajaba allí, y él quería ser atendido por Kate, le tenía gran admiración. Así que le dijo que esperaría un rato más y que le avisara cuando estaba libre la dueña.
Seguía esperando cuando Kate se le acercó y le dijo que ya estaba libre, que suba las escaleras que arriba sería atendido. Subió solo, Sofía e Iván lo esperaban abajo.
La tatuadora le preguntó si ya tenía algo en mente o quería ver los dibujos para elegir. El le dijo que quería las golondrinas y sacó el boceto que un amigo, que dibujaba bien, le había hecho. Ella le dijo que era muy hermoso y le preguntó donde quería tatuarse. El le dijo que en la cintura y ella respondió que le parecía buena idea, y trajo un libro donde el tenía que firmar haciéndose responsable de lo que se iba a hacer.
Cuando terminó de firmar, Kate le pidió el documento, ya que los menores sin autorización no se pueden tatuar, pero el se lo había olvidado. Le explico que ya tenía 18 años, que era la razón por la que estaba allí y se quería hacerse las golondrinas.
Pero ella no accedió, aunque le creyera, no lo podía confirmar, y en caso de que fuera menor, correría en riesgo su carrera, su local, etc. Él trato de explicarle bien, pero ella prefería no escuchar, la iba a convencer y tal vez le estaba mintiendo, no quería arriesgarse y salir perdiendo. Le dijo que cualquier cosa vuelva otro día con el documento, ya que ya estaban por cerrar y no lo iba a tatuar. El le discutía, le rogaba, le pedía. Pero ella se negaba, necesitaba ver su documento y comprobar que era mayor.
Benjamín no tuvo opción y se fue.
Descendencia argentina, pero nació en USA, igualmente ahora reside en Argentina. 24 años. Padres de clase alta, ahora ella también lo es. Dejó el colegio y se dedicó a ser tatuadora, siempre le gustó dibujar y el arte en el cuerpo y los tatuajes son la combinación perfecta para ella. Muy simpática y reconocida en su circulo de vida. Profesional. Dedicada, exitosa: tiene su propia tienda de tatuajes y perforaciones, una en Los Ángeles, Estados unidos y otra en Barrio Norte, Argentina. Tiene muchos tatuajes, piercings, el pelo teñido y un estilo propio, la gente le dice ‘loca, rara’, pero nunca le importó.
Conflicto:
Benjamín fue a la tienda de Kate a hacerse su primer tatuaje, ya que sus padres no lo dejaban hacérselo y tuvo que esperar a ser mayor para lograrlo. Estaba feliz porque había esperado mucho tiempo y por fin se lo podría hacer. Fue con su novia Sofía y su mejor amigo Iván. Quería tatuarse dos golondrinas en la cintura, que representan la libertad, que tanto ansiaba. Tuvo que esperar un largo rato ya que la tienda siempre está llena de clientes porque es muy reconocida y respetada, muchos piensan que es el mejor lugar al que se puede recurrir para hacerse piercings y tatuajes.
Al fin llego el turno de Benjamín, pero quien estaba libre era otra tatuadora que trabajaba allí, y él quería ser atendido por Kate, le tenía gran admiración. Así que le dijo que esperaría un rato más y que le avisara cuando estaba libre la dueña.
Seguía esperando cuando Kate se le acercó y le dijo que ya estaba libre, que suba las escaleras que arriba sería atendido. Subió solo, Sofía e Iván lo esperaban abajo.
La tatuadora le preguntó si ya tenía algo en mente o quería ver los dibujos para elegir. El le dijo que quería las golondrinas y sacó el boceto que un amigo, que dibujaba bien, le había hecho. Ella le dijo que era muy hermoso y le preguntó donde quería tatuarse. El le dijo que en la cintura y ella respondió que le parecía buena idea, y trajo un libro donde el tenía que firmar haciéndose responsable de lo que se iba a hacer.
Cuando terminó de firmar, Kate le pidió el documento, ya que los menores sin autorización no se pueden tatuar, pero el se lo había olvidado. Le explico que ya tenía 18 años, que era la razón por la que estaba allí y se quería hacerse las golondrinas.
Pero ella no accedió, aunque le creyera, no lo podía confirmar, y en caso de que fuera menor, correría en riesgo su carrera, su local, etc. Él trato de explicarle bien, pero ella prefería no escuchar, la iba a convencer y tal vez le estaba mintiendo, no quería arriesgarse y salir perdiendo. Le dijo que cualquier cosa vuelva otro día con el documento, ya que ya estaban por cerrar y no lo iba a tatuar. El le discutía, le rogaba, le pedía. Pero ella se negaba, necesitaba ver su documento y comprobar que era mayor.
Benjamín no tuvo opción y se fue.
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